lunes, 30 de noviembre de 2015

Se busca


Alguien que escriba un poema
definitivo
que deshaga máscaras y murallas.

Alguien que resucite a Borges.

Porque yo aún no he aprendido a resucitar.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Yo no confío

Caravaggio - Los tramposos (1594)

Yo no confiaría en un mundo donde venció la idea de que los poetas son bufones o a lo sumo portadores de bellezas efímeras, evasivas y divertidas o transportadores de conceptos destructores. Yo no confío en los que encerraron la poesía y el arte en las casas con té y galletitas o en antros llenos de opio adormecedor o en aulas frías y estériles y no confío en los poetas que se hicieron transporte de esa propaganda. Los impulsores de esta idea, que son los propulsores de otras ideas que les permiten tener el poder y mantenernos esclavos, vencieron y convencieron al mundo a través del engaño y la reclusión del arte en la esfera privada y frívola, a veces sufrida, pero siempre superficial. Por ahora. Que para eso están las ideas que se convierten en realidades corrompidas, para ser vencidas por ideas mejores.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Confiesen

Sandro Chia - Gruta Azul (1980)

Vamos
confiesen
que si les hablo de mandarinas
de climas
de otoños
se quedarán todos tranquilos.

Hemos intercambiado
sonrisas
por sufrimientos subcutáneos.

Nos quedaremos todos tranquilos.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Rebeldía


No verás las hojas ruidosas 
que al caer persuaden de muerte a los ojos. 

Tu mirada será 
la pequeña planta improbable 
que ahora decidió nacer.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Soy testigo ocular

"J.K. Walks III" - Francesco Clemente (2011)

Soy testigo ocular
de que ninguna hoja es igual a la otra
(nosotros somos hojas,
mi mirada es la caricia)
también sé que las hojas muertas
son la cobija del pavimento.

Algunas con el viento
se hacen pájaros que caen al mar
haciéndose barcos
que se hacen peces,
pero ese es otro poema.

(Tuve que correr a casa para no perder los versos).

Cuando caminamos
los poemas no escritos
son los pasos que damos.

martes, 10 de noviembre de 2015

La historia del llanto solitario



Ella salía a caminar todas las mañanas porque necesitaba comprar cigarros y algunas veces comida, algunas veces además ella quería ver cómo se desenvuelven los árboles en esa cosa nueva que son las estaciones, otras veces quería ver si aún las personas responderían a su sonrisa. Ella se vestía de forma rápida y pasaba el cerrojo a la puerta como si aún viviera en la ciudad asesina, porque los asesinos vivían dentro de ella a pesar de la distancia y el mar de por medio.
Decíamos que salía todas las mañanas y también queremos mencionar que a ella no le interesan mucho los perros, sin embargo en sus paseos matutinos, pasaba siempre frente a una bella casa, con una bella reja, con un bello perro . El perro siempre lloraba desconsolado. Algunas mañanas ella hacía esfuerzos por no oír al perro, otras mañanas ella hacía esfuerzos por entender al perro, otras ella pensaba que debía escribirle un poema al perro, lo único real era el llanto del perro. Ella es una mujer de cosas constantes, repetitivas, no la sorprenden los relámpagos, sino la reiteración de la lluvia.
En sus pensamientos sufridos con respecto al aullido permanente había una sola convicción y era que tarde o temprano el dueño del perro se habría librado de él por el reclamo de los vecinos ante tanto alboroto trágico. Pasaron los meses y los árboles y las miradas y los paseos y los llantos hasta que un día ella recibió una lección del desconocido dueño del perro. En la bella casa, con la bella reja, no había desaparecido el perro, ahora ya no había un solo perro, sino dos. Ella sonrió porque por primera vez el perro no lloraba, correteaba y jugaba con el otro perro y se veían contentos.
Ella pasea ahora igual que siempre pero ya no hay llanto.
Ella aprende.



viernes, 6 de noviembre de 2015

Ponencia de Leonora Simonovis

Ponencia de Leonora Simonovis sobre poesía venezolana reciente

En El arco y la lira, el escritor mexicano Octavio Paz se refiere a la poesía como “conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza”. Más adelante afirma que puede haber poesía sin poemas y que la poesía la poesía es independiente del poeta y del poema. El poema, al igual que un cuadro o una canción, es un producto de la energía creadora del ser humano. Por su parte, el poeta venezolano Rafael Cadenas, quien recientemente recibió el Premio Federico García Lorca de poesía, reflexiona acerca del hecho de que “La poesía no tiene residencia fija. Suele invadir los demás géneros y casi no hay gran libro donde no esté presente. Hasta puede afirmarse que en última instancia no hay literatura, sino poesía”. Sin embargo, la poesía para Cadenas implica una derrota puesto que como género, es el único que puede “hacer algo por vincular al hombre con todo lo que su olvido ha relegado, por quitarlo de la distracción en que vive, por plantearle las preguntas decisivas, por darle seriedad a las palabras, por apuntar hacia un vivir auténtico”; el fracaso sin embargo, está en el hecho de que no se puede transmitir en estado puro lo que estaba en el origen.
Esta definición inicial de la poesía y de la creación poética, me sirve de introducción para conversar acerca de dos poetas venezolanas contemporáneas, quienes se han decidido  por los cuadernos de bitácora o blogs como medios de publicación en los cuales proponen una poesía complementada por el arte y la fotografía, accesible a un público que no necesariamente es versado en asuntos literarios, pero que quizás está interesado en participar e intercambiar ideas acerca de sus propias lecturas e interpretaciones. En primer lugar, haré referencia brevemente a la poesía venezolana escrita por mujeres para contextualizar las propuestas más recientes. Asimismo, es importante destacar los cambios en el ámbito cultural y literario, a partir de la Revolución Bolivariana propulsada por el difunto Hugo Chávez.
II
La poesía venezolana en general es poco conocida fuera de las fronteras del país, a pesar de que ha contado con figuras de la talla de Andrés Bello, José Antonio Pérez Bonalde, Antonia Palacios, Enriqueta Arvelo Larriva y José Antonio Ramos Sucre, por solo mencionar algunos. No es de extrañar entonces, que las figuras femeninas en este género literario hayan tenido aún menos reconocimiento, entre otras cosas porque el boom de poesía escrita por mujeres en Venezuela se da a partir de los años ochenta. Antes de este, aunque las autoras escribieron poesía de gran calidad, fueron figuras aisladas que, de acuerdo con el escritor y crítico literario cubano Julio Miranda, compartieron una recepción similar por parte de la crítica, a saber: 1) el desinterés, 2) una ubicación histórica imprecisa; 3)una clasificación de acuerdo a sus “carencias” en cuanto a la madurez de su talento creador (Miranda 91). Las mujeres se definen a partir de una negación, de lo que no son y de lo que no hacen.
Gran parte de las historias y antologías de poesía venezolana (Medina 1981; Arráiz Lucca 1998; Marta Sosa 2003) dedican secciones aparte a la poesía escrita por mujeres, categorizándola cronológicamente: “las mujeres poetas ––los mejores poetas, muchas veces– – flotan en limbos generacionales o vienen a completar (¿adornar?) agrupaciones fundamentalmente masculinas” (Miranda 56). Es por ello que Miranda critica tanto la forma como se ha estudiado la historia de la poesía venezolana y las divisiones generacionales, cronológicas y por movimientos que se han hecho, como la marginalización de las mujeres del canon venezolano. El trabajo de Miranda resulta esclarecedor para comprender el aporte que sobretodo las poetas de la primera mitad del siglo XX tuvieron en el canon literario venezolano, así como la forma en la que establecieron un lenguaje y una temática propias, que las diferenciaba de sus contrapartes masculinos, ya que se atrevieron a tratar temas, objetos, espacios y lugares –marginales y marginados– que no eran considerados “relevantes” para el momento.
No obstante y a pesar de la incomprensión que recibieron estas escritoras, sentaron las bases de una poesía que estableció distancia con la tradición canónica. Esta estuvo marcada por el rol preponderante del cuerpo, el erotismo y la sexualidad, así como de un lenguaje cuya “materialidad corporal” (Miranda 92) será retomada y resignificada por las generaciones posteriores. Su lenguaje, alejado de abstracciones incomprensibles y de construcciones rebuscadas que requieren de un tipo de lector especializado, se caracteriza por la honestidad––a veces brutal–– y la representación del espacio íntimo. Asimismo, el protagonismo del cuerpo femenino visibiliza a la voz poética y la convierte en sujeto táctil, concreto, audio-visual, latente.
Tarde (María Calcaño 1906-1956)

Te miro.
Te miro de cerca:
te escudriño hosca...

La tarde está linda afuera en el monte.
La promesa que traigo
de belleza
se me aprieta a la boca.
Y me dueles.
Tus caricias me arden como tus palabras.

Me dueles.
Por eso vengo de tan lejos
a plantarme en tu alfombra
como gajo henchido.
A sentirme los ojos dolorosos
cuando me suba el oleaje
de tus brazos crespos.

El aire se hastía
los deseos me apresan
yo soy la tarde linda.
A medida que avanza el siglo XX las poetas venezolanas comienzan a salir de los márgenes, pero no para colocarse en el centro, sino, al contrario, para cuestionarlo y para proponer perspectivas diversas e inclusivas. Es así entonces como el boom de los años ochenta incluye a escritoras como Miyó Vestrini, María Clara Salas, Hanni Ossott, Yolanda Pantin y María Antonieta Flores por nombrar algunas, quienes establecen una poética en la que la mujer se abre un espacio propio y en diálogo con el espacio masculino. Los cambios en la economía, lo social y el entorno político también influirán en la escritura de estas mujeres de manera determinante.
EL HORNO (Hanni Ossott 1946-2003). Fragmento

El horno es un estuche, un vientre secreto
una madre mecánica que manejo con mis fuegos y mi apetencia
Lo obligo a encender sus paredes
lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
quema su superficie
ablanda su centro
Le digo: trescientos grados... y su pasión obedece
Amante sólo amante suda fuegos y se deja
invadir por el aroma se deja
regar por los desbordes de aquello que quema.
III
En años recientes, la Revolución Bolivariana polarizó al país, no solo desde el punto de vista político, sino también en otros ámbitos. La literatura no fue una excepción: una de las  editoriales más importantes en el país, Monte Ávila Editores, se convirtió en el mayor promotor de escritores establecidos y noveles adeptos al gobierno. Se crearon otras editoriales como El perro y la rana y las Librerías del Sur, así como programas de incentivo a la lectura, los cuales, sin embargo, no cumplieron con el objetivo deseado. La oferta fue mayor que la demanda y los libros se quedaban sin vender. El Estado se convirtió en editor, en el sentido en que al proveer subsidios para publicaciones, puede decidir qué se publica o no. Por otra parte, las editoriales de corte trasnacional (Planeta, Alfa, Fondo de Cultura Económica) comenzaron a sentir las presiones del gobierno en cuanto a los impuestos que debían pagar, la dificultad de conseguir materiales para la impresión y una censura ante su ideología política –contraria a la del Estado.
Debido a esta situación, así como a la escasez de papel, los blogs, portales literarios y revistas virtuales han crecido considerablemente durante las últimas décadas; varios escritores han creado sus páginas y blogs con distintos fines, bien sea para promocionar su propia obra aunque otros todavía prefieren recurrir a portales o revistas literarias donde existe un proceso de edición riguroso que le otorgue validez a la obra publicada, similar al de una editorial que publica en formato de papel.  No obstante y a pesar del desconocimiento general que rodea a la poesía  venezolana en general, dos poetas venezolanos obtuvieron recientemente galardones internacionales: El Premio Federico García Lorca, lo recibió Rafael Cadenas y el Premio de Poesía Encuentro de Poetas del Mundo Latino 2015, Yolanda Pantin.

Cinzia Ricciuti
Nació en Venezuela y actualmente vive en Italia. Lleva el blog “Verdades que asoman” en el que se mezclan reflexiones personales, crítica literaria breve, poemas, fotografía y arte. La poesía de Cinzia aborda, entre otros, temas relacionados con la situación política y social de Venezuela. Al respecto, la autora comenta, “Quizás más que inspiración lo llamaría vida, sangre, urgencia. Del país donde nací  en este momento salen gritos que se me hacen poemas dolorosos, algunos ni los escribo y creo que eso forma parte de la impotencia que siento, pero otros emergen, se expresan y muestran lo que observo, lo que subyace, lo que quizás no se vea a simple vista y nos está aniquilando.”
Por eso hablamos tanto

Nadie soporta el dolor y el extrañamiento,
el abandono y el ahogo,
la fractura y la burla,
toda la sangre y esta perplejidad.
Por eso hablamos tanto.
La palabra es la tierra.
El discurso es la casa.
Obligados a luchas inesperadas, nos quebraron.
Por eso hablamos tanto.
Para no morir de miedo. (21 sept 2015).

 Para Cinzia, el juego con la imagen es parte fundamental del proceso de creación. Mientras algunos poetas se inspiran con fotografías u obras de artes, ella primero escribe y luego busca una imagen que represente al poema. Expresa satisfacción en el hecho de encontrar imágenes que se identifican con su sentir creador, así como en pensar que haya otras personas que tengan perspectivas similares. El acto creador se convierte en un acto comunitario virtual, en el que medios diferentes expresan ideas similares. En este sentido, el significado de una fotografía, por ejemplo viene dado por su uso. Como explica Susan Sontag, “Las fotografías son un modo de apresar una realidad que se considera recalcitrante e inaccesible, de imponerle que se detenga. O bien amplían una realidad que se percibe reducida, vaciada, perecedera, remota. No se puede poseer la realidad, se puede poseer (y ser poseído por) imágenes” (159). Entonces, ante el fracaso del acto poético que mencionaba Cadenas, ante la imposibilidad de decir lo indecible, la fotografía viene a rellenar los silencios y a complementar la imagen poética. Visualización de lo que el poema no dice, interpretación de la realidad a partir de otro medio, de dos medios que se complementan.
Por otra parte, los poemas de Cinzia reflexionan acerca del acto de escribir, de la poesía misma, de otros escritores y pensadores que la inspiran. A la autora le parece que los poetas y escritores venezolanos deben aprovechar este momento para publicar en las plataformas que ofrece en Internet, “La poesía es mucho más que el libro que la alberga. Hay que dejar en paz a los poetas. Los poetas necesitan expresarse y decir al mundo lo que ven y nada los detendrá, siempre ha sido así. La poesía además de toda la belleza que implica es un gran agente liberador y por ende siempre perseguido. Para ella el acto creador parte de la belleza como un acto que permite trascender más allá de lo visible, tangible y explicable.

Lucha
Anoche,
el poema,
con su sed de tinta,
imploró que lo escribiera
y yo respondí que no lo haría.
Vencí.
El premio fue
dormir
en la burla silenciosa de tu ausencia

Las palabras no resultan suficientes y por tanto la combinación de medios se funden en un producto –por llamarlo de alguna manera– físico y espiritual. A la vez, este resulta accesible, puesto que atrae a diferentes tipos de lector que quizás no pueden identificarse plenamente con el poema pero sí con la imagen que lo acompaña. Son lenguajes, mensajes, diálogos que permiten un acercamiento a la poesía como la conciben Paz o Cadenas, en un intento por comprender y transmitir la belleza, pero también el dolor y la violencia, la decepción y el fracaso.

Kira Kariakin
Escritora, editora y organizadora de eventos culturales como los jamming poéticos en la ciudad de Caracas. Recientemente  co-editó el libro 100 mujeres contra la violencia de género, en el cual también incluye uno de sus textos. Kira lleva el blog K-minos, que combina poesía con reflexiones personales y relatos de viajes. Ha vivido en diversas partes del mundo como Uganda y Bangladesh y estas experiencias alimentan su escritura y le otorgan un carácter que se debate entre el desarraigo y la certidumbre de habitar un espacio propio que al mismo tiempo le es ajeno. En sus poemas recientes, puede percibirse la duda y la incertidumbre de un sujeto poético agobiado por situaciones que escapan a su control,

En medio del blanco 

El poema se revela
para decirme
para saber lo que debo
 pero me traiciona
cuando tú lo lees
y te ataja
y te invade
y entonces   te dice
y entonces   sabes
que el poema vive solo

 Kira también ha impartido talleres sobre cómo crear y mantener un blog y fue participante en un Encuentro de Espacio Público sobre la experiencia digital literaria junto con otras escritoras y poetas. Con respecto a su propia escritura, la autora alega,
Yo he desarrollado mi escritura casi exclusivamente en mi blog y otros medios digitales y me es natural combinar las herramientas con lo que escribo. Asimismo, combinar crónica con poesía o fotografías mías con poesía, etc... Me cuesta ajustarme a esquemas más ortodoxos de los géneros y me ha sido difícil desprenderme de publicar lo que voy escribiendo en mi blog (por cuestiones de participar en concursos) aunque siempre contemplo hacerlo en el futuro.
A diferencia de Cinzia, Kira utiliza imágenes que marcan su día a día como inspiración para su escritura: lugares que ha visitado, el paisaje que se ve desde su ventana y que pertenece a una ciudad que la acecha, la sitia y la paraliza, “el Apocalipsis nos ronda/nos acecha silencioso/tras la basura/es una bestia incansable/es la rabia en espera”. El poema se convierte en el blanco que canaliza y que sublima la frustración, que calma a la bestia y que ofrece sosiego temporal en un espacio contenido –pero también desbordado– por el instinto creador: “la trascendencia es ahora/una taza de té/música/un libro”. El té como ritual recurrente que asienta y equilibra, la casa como refugio, una casa similar a las casas de otras poetas anteriores, pero que permanece en medio del blanco, en un espacio incierto y sembrado por la duda y la errancia interior del sujeto que quiere asir lo que no puede. Curiosamente y a diferencia de la lluvia de imágenes que contiene “Verdades que asoman”, “K-minos” es un blog también marcado por el blanco, un color que contiene todo pero que a la vez se mantiene vacío. Nuevamente la poesía que fracasa en su expresión, que no llega ni puede llegar al origen de la imagen que transmite. En algunos países orientales el blanco es un color que se usa en el luto: “Paseo en el silencio blanco/en la concavidad donde se unen/ la mudez y la sordera”. Luto por lo que no fue y por lo que es y ya no esta. Luto por un país, que como dice Cadenas en su discurso durante la entrega del Premio García Lorca, es un “pozo de plomo y sangre”, un “luto en gerundio”, un “llanto que no cesa.”
Final
John Berger, en su libro Ways of Seeing dice que “ver viene antes de la palabra” y que las imágenes poseen un poder que nos remite a la historia y al pasado. La imagen poética en este sentido, remite a algo mucho más profundo e intangible de la experiencia humana. Al combinar palabras, fotografía, arte y otros medios, estas autoras establecen una búsqueda que, para decirlo con la poesía de Kariakin, “unas veces acierta/punzante en sus anhelos/otras/se extravía en desorden”.
Las propuestas de las poetas mencionadas, así como de otros poetas venezolanos contemporáneos, señalan un cambio en la perspectiva acerca de lo poético que se acerca a la conceptualización que planteaba Paz al comienzo de este ensayo. Independientemente de la forma, el medio de transmisión o la combinación de formas artísticas, conciben la poesía como una actividad necesaria en la sociedad hoy, que conecta al ser humano con su subjetividad para sanar, pero también para mostrarle que hay otros caminos posibles, otras avenidas de reflexión individual y comunitaria.
Termino con un fragmento de un poema de Cinzia que invita a la reflexión tanto sobre la poesía y la creación artística y literaria, como sobre la Venezuela de hoy:

No me pinten fronteras,
no me hablen de países,
no me importan las ciudades,
ni las convenciones,
ni los techos.

No tengo límites.

Conversaciones con Leonora Simonovis

Hace unos días la profesora Leonora Simonovis me sorprendió gratamente al contactarme y querer hablar de mi poesía en unas conferencias dictadas en Jalisco México y en San Diego California sobre poesía venezolana reciente. Aquí les dejo mis reflexiones en forma de cartas y en la próxima entrada publicaré, con el permiso de Eleonora, su ponencia.

Hola Leonora, aquí me tienes:

Sí, como bien dices,  me inspiran los pensadores, poetas, escritores y algunos artistas plásticos. Me gusta interactuar con sus ensayos, con sus poemas, sus obras. Siento un placer profundo en acompañarme con ellos en mis poemas. Es mi manera de decirles la felicidad que me produjeron con su arte y su coraje, con sus genialidades, es también la manera de agradecerles lo mucho que han hecho y hacen por mí, no sólo a nivel estético, moral o psicológico, sino especialmente en mi espiritualidad. Me sucede que de poema nace poema o de ensayo nace poema o de obra de arte nace poema y la verdad es que considero el arte de los verdaderos artistas un mar donde me gusta estar.
En cuanto a Venezuela como inspiración, claro que sí, es cierto, me inspira Venezuela y especialmente el dolor de Venezuela, la angustia, la guerra, el absurdo. Quizás más que inspiración lo llamaría vida, sangre, urgencia. Del país donde nací  en este momento salen gritos que se me hacen poemas dolorosos, algunos ni los escribo y creo que eso forma parte de la impotencia que siento, pero otros emergen, se expresan y muestran lo que observo, lo que subyace, lo que quizás no se vea a simple vista y nos está aniquilando. En Venezuela están sucediendo duros avatares mucho más graves de los que un simple ojo moral o político pueda avisorar, creo que quizás la poesía con su sensibilidad mayúscula a veces pueda explorar las sombras venezolanas que lamentablemente  lo cubren todo allá.
Puedo enlazarme aquí con tu pregunta acerca de la capacidad sanadora de la poesía, mi respuesta es sí, la poesía sana y salva, lo digo porque me ha sucedido desde siempre, no es retórica. Hay en ella muchos elementos salvíficos, empezando por el lenguaje, el amor al lenguaje, el cuidado que los poetas  ponen a sus poemas, la forma, la música que emana de ellos. Luego está lo que dicen los poemas. Sabes, Leonora, hablar de poesía no es fácil y menos de manera racional como intentamos hacerlo aquí porque la poesía es algo grande que abarca, arrastra, abraza, abrasa. La poesía además contagia y se contagia. En cuanto a la salvación a veces pienso que se necesita la voluntad o la buena predisposición del lector a ser “salvado” y otras veces pienso que no, que la poesía actúa sola  en estratos que no conocemos de nuestra psique o de nuestra alma. Creo profundamente en el poder inmenso de la palabra en los seres humanos y creo que ella bien usada puede generar belleza y hacer mundo y mal usada puede generar infiernos.
Me preguntas también acerca de la poesía impresa en papel o la poesía que se publica directamente en los blogs y de las polémicas eternas y repetitivas que en Venezuela surgen. Venezuela es un país complejo, expuesto al cambio y a la vez muy conservador. Venezuela se contradice en todo y también en esto. No participaré en esas polémicas porque además de dañinas me parecen estériles, sólo diré que vista la crisis que se vive en el país, empezando por la escasez de papel y la lentitud en la edición, los poetas deberían aprovechar muchísimo más las nuevas plataformas para propagar sus poemas lo más posible. La poesía es mucho más que el libro que la alberga. Hay que dejar en paz a los poetas. Los poetas necesitan expresarse y decir al mundo lo que ven y nada los detendrá, siempre ha sido así. La poesía además de toda la belleza que implica es un gran agente liberador y por ende siempre perseguido. Gran parte de la tragedia de Venezuela consiste en el encierro y la cárcel en que se ha convertido y muchos en muchas esferas y espero sin darse cuenta, colaboran en esa situación ignominiosa.

En cuanto a los círculos literarios, sí existen y no tengo mucho que decir al respecto, no son temas que me interesen, puedo sí decir que las agrupaciones en este momento me producen ahogo, hago una poesía solitaria y me siento bien así, la situación venezolana me ha herido y marcado a tal punto, he vivido tanta falta de libertad, que cualquier cosa parecida a un  grillete me produce un dolor que es capaz hasta de matar la poesía que llevo adentro. No me puedo permitir ese lujo.
En tu primer contacto me hablaste de las imágenes en mi blog, las fotografías y también las imágenes hechas palabras en mi poesía, ese sí es un tema que me gustaría abordar.
Avísame qué te parece si hablamos también de ello o si con esto que te conté es suficiente y gracias otra vez por leerme desde allá y considerarme para tu conferencia que espero sea todo un éxito y ayude a expandirnos a todos.
Saludos
Cinzia Ricciuti


Querida Leonora,

Desde que hablamos por primera vez acerca de la relación que hay en mis poemas entre arte, fotografía y poesía he estado pensando mucho en ello. No sé si “pensar” sea el verbo indicado para describir el cúmulo de reflexiones, imágenes y recuerdos que han venido a mí desde que le doy vueltas a esto.
Podría empezar diciéndote que desde que llevo el blog me sentí tentada a acompañar mis poemas con imágenes y podría decirte que mi proceso siempre ha sido inverso al que se suele imaginar. Yo primero escribo y luego busco la imagen, usualmente siguiendo el tema o el hilo conductor del poema. Es una especie de divertimento que me gusta mucho, descubrir que hay personas que sienten lo mismo que yo en el poema pero que lo expresan a través de obras artísticas tipo cuadros o esculturas o también a través de la fotografía. Algunas veces el proceso es al revés, es decir veo una imagen o una obra y escribo el poema, pero eso me sucede poco. Lo que sí puede sucederme es que un artista me inspire, pero él, es decir su universo entero, casi nunca una obra en particular. Esto en cuanto a las artes plásticas o aquello que tiene que ver con lo visual, con el arte de mirar. Con los poetas o escritores, es decir con la palabra, sí me ha sucedido que poemas o libros particulares me inviten a ejercicios poéticos particulares. Es el caso de Calvino o Borges, sólo por citar dos de muchos.

De las reflexiones de estos días puedo decir  que lo que me impulsa es la emoción de la belleza, la belleza pensada y sentida como algo que ayude al espíritu a trascender. Obviamente esto que digo no es fácil de explicar, porque como todo evento profundo del alma, intenta escapar a las explicaciones, pero podría afirmar que cuando me encuentro frente a un evento artístico cierto, cuando una obra me da la seguridad de estar frente a algo grande artísticamente hablando, se me funden la poesía, las imágenes, los sonidos en una especie de baile interior que a veces hasta tiene que ver con algo físico y a la vez trascendente.

El arte para mí es algo en lo que estoy inmersa. Es una de mis más grandes realidades y a la vez es un universo indistinto donde las varias disciplinas emergen a veces juntas, a veces una por una para ayudarme a crear.
Esa fusión de la que hablo me parece fascinante, las conexiones que encuentro entre los artistas o las disciplinas, los lenguajes que se repiten aún en diferentes ámbitos, los mensajes de algo enorme que los artistas transmiten de modo consciente y muchas veces de modo inconsciente, las señales y también los ejercicios dialógicos que tengo con mis amigos artistas y amantes de las ideas de los artistas.
Todo esto nace y se expande cuando analizo una obra  y muchas veces se hace palabra en mis poemas o simplemente entra en una especie de reposo dentro de mí haciéndome más persona.
Bueno, tendría mucho más que decir, lo bueno de este diálogo entre las dos es que me hace poner en palabras aquello que siempre vivo y me acompaña. Gracias de nuevo por la oportunidad que me das y por considerar mi poesía y lo que intento hacer con ella. A veces ni yo lo sé y estos ejercicios me ayudan a comprender(me). No es fácil observarse.
Un abrazo 
Cinzia


jueves, 5 de noviembre de 2015

Invasión

Francesco Clemente

Soy terreno

Me han invadido

A veces los malvados

A veces los artistas

De las primeras incursiones los estragos de no reconocerse

Del arte la certeza de ser arte

Ocupo yo la belleza

A los enemigos dejé las espinas